Mi primer vuelo solo
Seguro que uno de los hitos en la vida de cualquier piloto es el día en que, durante una práctica, el instructor te dice que pares la avioneta en la siguiente toma, y te sorprende bajándose del avión, te sonríe y te dice la esperada frase “your first solo flight”.
En ese momento, tu cabeza empieza a pensar más rápido de lo normal como cuando estás ante una situación de peligro. Aunque dudas si decirle al instructor que todavía no estás preparado y bajarte tu también de la avioneta, te sorprendes a ti mismo al ver que simplemente sonríes, le das una señal de conforme y empujas el acelerador para que la avioneta ruede hacia el comienzo de la pista.
No sabes por qué, pero mientras ruedas la avioneta ya no te parece tan segura, los ruidos parecen más fuertes y que todo se mueve mucho más que con el instructor. En mi caso debería ser así porque mi instructor Clayton era un americano enorme de ciento y muchos kilos. En el camino a la cabecera de la pista, recuerdo que lo único que pensé era que cómo era posible que la palabra “solo” sea la misma en inglés que en español para denominar el primer vuelo en solitario.
Aunque tu desearías que aquello durase mucho más para aclarar tus ideas, a los pocos segundos estás en la cabecera de la pista solicitando a la torre permiso para despegar, ya lo tienes automatizado. Mientras esperas la respuesta llegas a sospechar que en la torre de control se han dado cuenta que le han dejado el avión a un pardillo y que te van a decir que no. Pero ante su luz verde, vuelves a sonreír y te dices “venga Chema, lo estás deseando” mientras vas dándole gas, sintiendo como rueda sobre la pista y controlando los nudos para tirar de la palanca y arriba, ¡a volar!. En tu interior creías que el instructor era un mago, pero ahí tú solo en el aire , ya eres parte de la magia¡¡¡
En mitad de mi felicidad, la radio empezó a decir un mensaje no habitual y el tono tampoco lo parecía… era seguro para mí porque se lo decían a la avioneta “fourty-six” que era la mía, pero ni mi inglés ni las radios de entonces eran buenas ni la excusa que queráis, así que me aclaraba seguí tan contento a realizar la típica Delta “touch & go” cayendo camino de la pista. En ese momento oí un ruido enorme y pasó por encima de mí un grandioso Lockheed C-5 Galaxy que con su estela me dejó bailando unos buenos segundos por lo que tiré de la palanca hacia un costado y hacia abajo para evitarla mientras veía su descenso majestuoso, era un águila con una mosca, y yo era la mosca.
La voz del instructor apareció por la radio “that’s not flying, that’s just falling with style”. Sí, gran tipo este Clayton, me lo dijo como si fuera lo habitual que te pasase un Galaxy por encima… Y me debió de tranquilizar bastante porque seguí pidiéndole más “touch & go” hasta que al cabo de una hora volando me dijo la radio “come on guy, there´re more students waiting”… Año 1985, Rota, fantástico día.